Si estás comenzando con una idea de negocio, hay un concepto que puede ahorrarte tiempo, dinero… y más de un dolor de cabeza: el MVP. Hola, soy Elías de Tu Escuela de Marcas, abogado y emprendedor. Ayudo a otros emprendedores a registrar, proteger y desarrollar sus marcas con una mirada práctica y aterrizada.
¿Qué es un MVP?
MVP significa Producto Mínimo Viable.
En simple: es la versión más básica de tu producto o servicio que ya entrega valor real a tus clientes.
No se trata de lanzar cualquier cosa, sino de ofrecer lo mínimo necesario para resolver un problema específico… y ponerlo a prueba.
¿Por qué es importante lanzar un MVP?
Porque te permite validar tu idea con el mercado real, antes de invertir millones en producción, branding o infraestructura.
Un MVP te ayuda a responder preguntas clave como:
- ¿A los clientes realmente les importa lo que ofrezco?
- ¿Están dispuestos a pagar por esto?
- ¿Qué partes de mi producto son valiosas y cuáles no?
En lugar de adivinar, escuchas a tus clientes desde el día uno. Y con esa información puedes ajustar tu propuesta, mejorarla y crecer con más seguridad.
Un caso real: la pizzería que empezó sin local
Uno de mis clientes quería abrir una pizzería. Tenía recetas buenísimas y muchas ganas, pero no sabía si realmente valdría la pena arrendar un local, contratar personal y comprar todos los equipos.
¿La solución? Lanzar un MVP.
- Producción a pequeña escala: arrendó una cocina solo un día a la semana y contrató a un cocinero freelance.
- Entrega limitada: ofrecía pedidos solo una vez por semana, con reparto agendado.
- Inversión mínima: compró un refrigerador, creó una web básica y activó sus redes sociales.
- Validación directa: les regaló pizzas a sus amigos… pero con una condición: que completaran una encuesta.
La encuesta preguntaba cosas como:
- ¿Qué te pareció la pizza?
- ¿El tamaño era suficiente?
- ¿La comprarías de nuevo?
- ¿Viajarías 5 km para comer esta pizza?
- ¿Qué bebida combinarías con esta pizza?
- ¿Cuántas veces a la semana podrías comerla?
Esa información fue oro puro. Le permitió ajustar su receta, entender mejor a su público y, lo mejor, ¡empezar a recibir pedidos de conocidos de sus conocidos!
Hoy, tiene una base de clientes fidelizados, una operación semanal rentable y una pizzería funcional sin haber abierto un local todavía. Su próximo paso: montar el local, pero con los números claros y la confianza de que su producto ya tiene demanda.
En resumen:
Un MVP es una forma inteligente y estratégica de emprender.
Te permite avanzar paso a paso, aprender de tu audiencia y minimizar riesgos.
Así que antes de invertir todos tus ahorros en montar “el negocio de tus sueños”, pon a prueba tu idea con un MVP.
Puede ser la diferencia entre emprender a ciegas o construir un negocio que crezca con bases sólidas.